“No te jactes del día de mañana; porque no sabes qué dará de sí el día.”
Proverbios 27:1

Los proverbios son cortos, pepitas breves de sabiduría que Dios deja caer a través de su palabra.

¿Cuál es la sabiduría de este? ¿Qué es este conocimiento? Tú y yo no sabemos que traerá mañana. En otras palabras, no somos los patrones de nuestros propios destinos; no tenemos el control. Hay una parte dentro de cada uno de nosotros que quiere ser como “dios.” Nos gustaría ordenar todas las circunstancias de nuestras experiencias con detalles exactos tanto en el presente como en el futuro. La incapacidad de lograr esto (aunque algunos creen poder hacerlo) causa frustración, ansiedad, miedo, coraje, y otros vicios que deshonran al Señor, hieren a otros y hasta a uno mismo.El conocimiento que Dios nos da en este versículo es un asalto a nuestra vanidad; Nosotros no estamos sentados en el asiento de Dios… Él está sentado en su trono y seguirá ahí.

Santiago 4:13-16 es un bien compañero de Proverbios 27:1. Nos advierte sobre un plan vanidoso del futuro. Dios no está en contra de un plan o una buena administración, esta es una forma de vivir la vida en una manera sabia. Pero solo es una forma sabia de vivir cuando lo vemos como Santiago cuando dice… “En lugar de lo cual deberías decir: Si el señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello” (Santiago 4:15). Nuestro tiempo, nuestro futuro, el futuro de nuestra nación y del mundo… todo esto depende de “si el Señor quiere.”

Está verdad nos llena de humildad pero a la misma vez es inmensamente reconfortante cuando se aplica adecuadamente.

No es la voluntad de Dios que vayamos por la vida llenos de miedo porque no sabemos será mañana. Él nos llama a comprometernos y a confiar en sus cuidados. Lo bueno, lo malo, lo tranquilo, lo que desanima y todo esto es sometido a la providencia de un buen y sabio Padre Celestial. “Sin embargo, ninguno de ellos cae a tierra si el padre de ustedes no lo permite” Mateo 10:29.

Hoy y todos los días están en las manos de Dios. Esto nos debe de llenar de humildad a planear nuestras vidas.No dejes de planear tu vida responsablemente; solo hazlo con el modesto reconocimiento que tus planes tal vez no coinciden con los planes de Dios. Esta verdad puede ayudarnos a disfrutar cada momento y cada día que tenemos. Esta verdad debe ayudarnos a enfocarnos en ser fieles para seguir a Cristo hoy, no estresándonos por lo que no podemos controlar, sino siendo diligentes donde Él nos ha colocado.