Recuerden que los proverbios nos dan sabiduría. Una área específica de la sabiduría es el entendimiento correcto de la naturaleza humana. El abismo y la perdición (la tumba y el lugar de los difuntos) están aquí personificadas. Nunca declaran, “¡Es suficiente! ¡Estamos satisfechos!” Mas bien, las personas se siguen muriendo! Todos los días, miles de seres humanos se mueren. Las puertas de la muerte no están cerradas, sino que se mantienen abiertas deseando más y más.
De la misma manera, el corazón humano es una fábrica de insatisfacción. Los ricos no están contentos con sus riquezas, como tampoco los pobres con la falta de riquezas. Las personas altas quieren ser bajas; las personas bajas quieren ser altas. Una dona no es suficiente; ¡3 son mejor que una! Los buenos y válidos regalos de Dios son maltratados en una forma ilegítima. Siempre hay algo por ahí que buscar. Algo más grande, más emocionante o algo más tranquilo, el deseo de algo nuevo, el anhelo de tener algo del pasado. Y esto sigue y sigue. Nuestra naturaleza pecadora que es atraída directamente a las cosas que violan los mandatos de Dios, nunca están satisfechos. Lo mas que le damos gusto a nuestra naturaleza humana, lo mas que quiere.
Las buenas noticias del Evangelio declaran que Cristo ha venido a salvar a los pecadores de ser esclavos de cosas que nunca van a satisfacer. Cuando Dios entra en los corazones de los pecadores en su gran trabajo de la salvación, Él nos da a Él mismo. Y Él es el único que nos puede satisfacer el alma. Jesus es la fuente del agua bendita que calma y quita la sed de nuestra alma (Juan 4), y Él es el Pan de Vida (Juan 6) que es lo que satisface la añoranza del alma (Salmo 107:9). David, en el Salmo 63:3, habla de la satisfacción del alma en Dios que produce alegres alabanzas.
¿Cómo es contigo? ¿Estás consintiendo pecado que te da comodidad o placer temporario? Repiéntete de ellos y busca llenar tu alma con la palabra de Dios y la alegría de Jesus. ¿Estás abusando o maltratando alguno de los buenos regalos de Dios? En otras palabras, bendiciones de Dios como lo son la familia, el trabajo, los hobbies, la comida – que son dados como regalos de Dios para disfrutar, pero no para remplazarlo a Él. No tienes que