“Ahora nuestro Señor Jesucristo mismo, y Dios, incluso nuestro Padre, que nos ha amado y nos ha dado el consuelo eterno y la buena esperanza por medio de la gracia, consuele sus corazones y lo establezca en toda buena palabra y trabajo” 2 Tesalonicenses 2: 16-17

La oración de Pablo por los creyentes de Tesalónica es mi oración por ti y por mí hoy. Ora para que Jesús mismo y Dios el Padre otorguen personalmente estas bendiciones. Sí, Dios bendice a menudo a través de diferentes medios e instrumentos. Pero, no importa qué herramienta pueda usar, la bendición viene directamente de Él. Pablo se pone tierno al hablar del Padre, que nos ha amado y nos ha brindado consuelo eterno y buena esperanza. El amor del Padre es profundo, rico y profundo para sus hijos. Nos ha dado una esperanza eterna y un consuelo para siempre. El creyente siempre tiene razones para esperar y regocijarse en vista del día de gloria que nos espera.

Pablo ora para que este Dios amoroso y generoso consuele sus corazones. Consuelo espiritual, ánimo y fortaleza de Dios para nuestros corazones, ¡qué bendición tan necesaria! Necesitamos corazones que estén más gobernados por el amor y la esperanza de Dios que nuestros miedos incrédulos y ambiciones egoístas. Entonces, que estaríamos establecidos en toda buena palabra y trabajo. Corazones consolados y fortalecidos, luego palabras verdaderas pronunciadas y hechos piadosos. Podemos comenzar con una buena palabra y trabajar, pero tenemos problemas con la coherencia. ¡Por eso necesitamos esta oración! Dios mismo nos ayudará a estabilizarnos en cada palabra buena y trabajar mientras lo buscamos.

¿Cómo seguimos adelante? ¿Cómo podemos soportar las dificultades con fidelidad? ¿Cómo podemos crecer consistentemente? Porque no solo depende de nosotros. El Señor Jesucristo mismo y Dios nuestro Padre que nos ama, es fiel para continuar su obra en nosotros. ¡A Él sea toda la gloria y alabanza! Amén.