«Tú, enemiga mía, no te alegres de mí, porque aunque caí, me levantaré; aunque more en tinieblas, Jehová será mi luz. La ira de Jehová soportaré, porque pequé contra Él, hasta que juzgue mi causa y haga mi justicia; Él me sacará a luz; veré su justicia.» Miqueas 7:8,9

 Aquí es un hecho: el pueblo de Dios a veces se sientan en la oscuridad. Puede ser una oscuridad causada por nuestros propios pecados, como en el contexto de este pasaje. Puede que sea la oscuridad del dolor, la enfermedad, la soledad, o alguna otra carga pesada. Pero, aquí está otro hecho: Dios es una luz para su pueblo, incluso en su oscuridad. ¡Qué mayor luz  hay que nuestro Señor mismo!

Sea o no siempre podemos sentir la calidez de su amor y gracia, Él ha prometido que Él está con nosotros en cada temporada. Incluso si nuestra oscuridad es a causa de nuestros pecados, el amor de Dios no ha fallado o disminuido incluso si Él nos debe disciplinar. El mismísimo contra quien hemos pecado aboga nuestra causa y se encuentra en nuestro favor. El resultado será que podamos vivir una vez más a la luz y contemplar su belleza y gloria.

Si usted está en la oscuridad de hoy de cualquier tipo, busque al Señor. Busque la luz de su Palabra. Alabadle por su fidelidad. Vivir en esperanza, en vista de sus grandes promesas.

Este artículo también está disponible en: Inglés