“Ahora pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme á la carne, mas conforme al Espíritu.” Romanos 8:1

En los tres primeros capítulos de Romanos, el Espíritu Santo a través de Pablo comunicó la acusación de Dios contra la humanidad. El resumen es, un Dios Santo ha sido deshonrado y pecado contra por medio de su propia creación. Porque Él es justo, Él juzga con razón y Su juicio es que todo el mundo, todo el mundo es culpable en sus pecados.

Entonces, ¿cómo puede haber esta maravillosa verdad que hay algunos que no son condenados? ¿Cómo podría ser posible después de lo que ya ha sido claramente establecido? Es cierto sólo por Jesucristo! Jesús tomó sobre sí la condenación de los pecadores rebeldes, y sufrió su pena en su lugar. Él vivió una vida perfectamente justo como ser humano, y su vida perfecta está acreditado a la cuenta de su pueblo. No es demasiado bueno para ser verdad … los que se ganó nada más que la condenación y la muerte se dan la justificación y la vida a través de Jesús!

¿Quiénes son estas personas privilegiadas? Pablo les identifica como los que andan conforme al Espíritu. Es esencial reconocer que su anda no es la causa de este privilegio, sino el resultado.  El don de salvación es pura gracia. Andar conforme al Espíritu significa que confiar en la obra perfecta de Cristo y comportarse conforme a la Palabra de Dios. Ahora ya no viven como esclavos de sus propios pecados, sino como siervos de Jesucristo. Ellos caen y tropiezan todavía, pero ellos siguen confiando en la justicia de Cristo, y tratar de vivir en una manera que agrade a Dios. Jesús es el punto culminante de este versículo. Que Él sea el punto culminante de su vida!

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